Brasil, de una tacada, enterró dos maleficios. El suyo propio, precedido de intentos frustrados, y el del anfitrión, que no se coronaba campeón desde Barcelona 1992, cuando España logró el título.
El primer título olímpico en la historia de Brasil llegó con sufrimiento. Tuvo que esperar el conjunto sudamericano al lanzamiento de penaltis para sellar un éxito sin precedentes y paliar la leyenda del maracanazo.
Por el contrario, Alemania sigue sin éxito en unos Juegos Olímpicos. Campeona del mundo de selecciones absolutas acudió a Río plagado de jugadores jóvenes, con la selección sub 23, con la que estuvo cerca del triunfo.
Alemania jamás ha ganado unos Juegos Olímpicos. Desde la unificación de las dos Alemanias no ha brillado en unos Juegos. Solo en Montreal 1976 se impuso con la entonces Alemania Democrática.
Europa, además, se ha estancado en su relación de éxitos. Las últimas ediciones, han coronado a Nigeria, Camerún, dos veces a Argentina y México y ahora a Brasil. Desde que España ganó en sus Juegos, ningún equipo europeo ha salido con la medalla de oro colgada al cuello.
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